217. LA IMAGINACIÓN AL PODER

Ocurre cuando apetece escribir pero no se tiene ni la menor idea acerca de qué tema hacerlo. Hay veces que vienen infinidad de momentos a la cabeza y hay que apuntarlo todo en una lista, una película que llamó la atención más de lo normal por su sencillez y originalidad al mismo tiempo y vendría bien recomendarla, un libro que ofrece un discurso ramificado, de esos que de un tema lleva a varios subtemas y dan para una artículo jugoso, o un disco único por su energía, de esos que ya no se hacen y que invita por sí mismo a ser escuchado una y otra vez en un mismo día.

En este momento el folio está en blanco, pero no me preocupa lo más absoluto, estamos a primeros de año y el repostaje de ideas viene con retraso.

Mientras tanto, la improvisación también juega y mientras escribía estas letras recordé que el romanticismo ya no es lo que era, ni en la vida real ni en la ficción. Menos mal que queda el recuerdo, bibliotecas donde lo romántico se conserva en barrica y como no, el cine clásico, esos besos de tornillo, apasionados, sin apenas mostrar lengua, porque al final el peligro aparece cuando se enseña demasiado. Se ha perdido la técnica de sugerir y dejar al espectador que su mente rumie subjetivamente, sin más ayuda que la imaginación.

Pero todo ésto del romanticismo me ha venido a la mente por una escena memorable que, si la memoria no me falla, aparecía en el clásico "An affair to remember" (producida y distribuida en Castellano como "Tú y Yo"), con Cary Grant y Deborah Kerr. Ella sube las escaleras de un piso al otro de un barco, se detiene en la parte superior, donde el plano ya no capta su rostro, y es justo cuando Él se precipita escaleras arriba para darle un inesperado beso (para Ella y para el resto de espectadores) de esos que no se ven y que dicen mucho más que aquellos mostrando hasta los premolares.

La imaginación al poder  en momentos que tanta falta hace...en la ficción y en la vida real.