Estamos acostumbrados a confundir documental con reportaje, a que la información sea su único objetivo, pero cuando hablamos de CINE DOCUMENTAL con mayúsculas, entonces abarca muchísimo más. No sólo puede dar a a conocer mundos de los que nunca hemos escuchado una palabra, también nos puede llegar al corazón y emocionar con historias realmente curiosas. Para ello, la fotografía y el estilismo juegan un enorme papel.
Ya metidos en faena, no voy a terminar este breve comentario sin mencionar un par de trabajos que engrandecen dicho género.
"LOS ESPIGADORES Y LA ESPIGADORA" de Agnes Varda. No es que tenga estilo, es que en su conjunto eleva esta palabra a su máximo exponente. No expone simplemente una forma de vida sino que, en primera persona, presenta a la propia realizadora como un ejemplo del tema que se está tratando. Es tan magnífica que cuando termina la cinta, apetece volver a verla de inmediato para sacarle una visión más analítica.
Entre infinidad de muy buenos trabajos dentro de este genero, he decidido también nombrar a "SUITE HABANA", de Fernando Pérez, por su original manera de meternos en una ciudad por medio de varios personajes que, a su vez, mantienen, sus propias historias.
Esta película no posee la típica voz en off de un narrador, ni entrevistas, ni nada por el estilo.
Se aventura, pese al gran riesgo, a narrar por medio de la imagen, algo a lo que estamos de sobra acostumbrados en la ficción, pero que en el documental como que no había nacido aquel o aquella que le pusiera el cascabel al gato.
Esta película no posee la típica voz en off de un narrador, ni entrevistas, ni nada por el estilo.
Se aventura, pese al gran riesgo, a narrar por medio de la imagen, algo a lo que estamos de sobra acostumbrados en la ficción, pero que en el documental como que no había nacido aquel o aquella que le pusiera el cascabel al gato.
Es un género con el que no estoy familiarizada, pero me gusta, asi que tomo nota de las sugerencias...Me gusta el cambio de look del blog.
ResponderEliminarUn beso!