De nuevo al pie del cañón, con ganas de dar un poco la tabarra en asuntos relacionados con la Cultura y en concreto con el Cine.
No podía evitar la ocasión en este blog para discutir en qué esperpento se ha convertido la Industria del Cine español. En realidad más bien parece un Ministerio, con sus funcionarios fijos que tienen la subvención apalabrada de un año para otro, sin tan siquiera un guión previo. Parece que aquellos que logran pillar un cachito de pastel pues ya lo tienen asegurado hasta la jubilación y no debería ser así. A la vista está la cantidad de producciones que han sido subvencionadas y las poquitas que hemos aplaudido por su escasa calidad.
Desde siempre se hablaba de la fuga de cerebros, pero no de cineastas. Cualquiera que esté al tanto de la actualidad cinéfila sabrá que Hollywood abrió las sus estudios a varios directores que en nuestro país se encontraban en un callejón sin salida. También otros profesionales fueron adoptados en países europeos con gran éxito. Entonces, si los de gran talento, ya demostrado, se marchan ¿Aquí quién permanece? (pregunta para que apruebe toda la clase).
Lo peor de todo es que esta ola de enchufismo artístico se viene practicando desde la cantera. En estos momentos hay cineastas promesas que están ganando premios con sus cortometrajes por todo el mundo, excepto en España donde ni tan siquiera son seleccionados en los festivales. Este dato llevaría a pensar que existen demasiados jóvenes realizando cortometrajes, que cierto es, pero si uno echa un vistazo al palmarés de diversos festivales, entonces se dará cuenta de que se trata de la pescadilla que se muerde la cola.
Pues la respuesta es fácil. Tienes toda la razón y las dos películas que has puesto me gustaron mucho. La de Carriers especialmente.
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