A modo de homenaje desde este blog que nació con un título relacionado con los hermanos Lumière, voy a ampliar lo que el encabezamiento relata acerca de la primera exhibición pública de cine:
El 28 de diciembre de 1895, los hermanos realizan una sesión realmente especial para 35 personas, entre las que se encontraba el mismísimo Georges Méliès.
Puesto que los hermanos eran empresarios, las proyecciones ya nacieron con ánimo de lucro y los asistentes pagaron un franco por disfrutar de 10 cortometrajes, con títulos como "El almuerzo del bebé", "Llegada de un tren a la estación de la Ciotat" o "El regador regado" que marcó el arranque del género cómico.
Fueron realmente unos pioneros al mostrar técnicas que durante un siglo de cine han sido explotadas y mejoradas, como pasar la cinta al revés con la ilusión de que una pared se reconstruía por sí misma desde las ruinas. En estos cortos no usaron actores profesionales, sino que utilizaban a los empleados de su fábrica, a sus familiares y amigos. Es decir, la misma técnica que hemos usado todo hijo de vecino cuando se nos metió en la cabeza el pájaro de realizar cine, aunque ahora las cámaras digitales como que aligeran el proceso y resulta más sencillo.
En el cine de los hermanos Lumière, en sus inicios, no mantiene el propósito artístico mediante la ficción, sino que se adentra en lo testimonial y documental.
Además, fueron pioneros en mostrar las sensaciones que producen una cámara subjetiva desde el punto de vista de un objeto, técnica de la que ahora muchos cineastas abusan como si fuera propia. Utilizaban la profundidad de campo y una composición de planos que daría lugar a la futura escala fílmica.
A partir de 1898 los hermanos dejan de producir y se centran en la venta de aparatos y de sus cortometrajes.
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