Solamente los que hemos experimentado esta sensación, aunque sea a nivel de usuario y sin ánimo de lucro, sabemos que aunque le des millones de vueltas a la historia, si el personaje no es redondo resulta muy complicado que la historia sea creíble. Hay películas que las salva un solo personaje y otras muy buenas que hacen aguas por un personaje flojo (aunque el actor haya realizado un buen papel).
En estos tiempos en los que la televisión no hay quien la vea y que dan ganas de tirarla por la ventana, su única salvación y entretenimiento está puesto en la producción de series de televisión. En estos casos, el personaje adquiere más peso y fuerza a la hora de que la serie no decaiga. No estamos hablando de mantener la atención del público durante dos horas de un largometraje, sino el enganche psicológico durante las temporadas que dure la serie...y en esta ocasión tres imágenes valen más que tres mil palabras.
Escueto y contundente. Un buen personaje, bien llevado, te salva un visionado, como dices.
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