lunes, 25 de enero de 2010

29. ANÉCDOTA DEL 95


Resulta que el recuerdo nostálgico más común para toda persona proviene de la adolescencia.

En mi caso, el transcurso del instituto a la universidad provocó un cambio de residencia, de donde quiero partir para rememorar una anécdota:

       - Domingo de principios de Octubre de 1995 -Murcia-

Recién llegados a la capital murciana para dar comienzo a nuestros primeros estudios universitarios, en piso compartido con amigos de la infancia (experiencia única e instransferible), "El último de la fila" actuaba en la plaza de toros. Fue un evento enfocado a modo de ignauguración de nuestra nueva vida estudiantil.

Quedamos en nuestro piso con los demás colegas, a modo de Cuartel General, para salir en procesión hacia dicho evento.

Al salir, un amigo (que ya por esos tiempos fumaba) tiró un paquete de tabaco en un contenedor de vidrio. Por un momento se dió cuenta de que algo había hecho mal. Estaba claro que no se refería al tipo de reciclaje, sino que el paquete no estaba del todo vacío. Dentro de la bolsita que envuelve el paquete olvidó un billete de 2.000 pesetas (un dineral para un universitario en esos tiempos).

Era el momento de dar una auténtica demostración de amistad.

Subimos al piso e improvisamos un tridente con un palo de escoba y un tenedor. Al bajar en el ascensor, topamos con una señora que nos miró con cara de haba. Cuando llegamos junto al resto del grupo, se estudió quienes iban a realizar la complicada operación. Por el peso raspa que tenía por esos tiempos, fue al que escribe a quien le tocó hacer de Don Quijote y al afectado, de Rocinante. De esa forma, pinchando con la lanza dentro del contenedor, en plena plaza de Cetina, recuperamos el botín de nuestro amigo, quien más tarde en pleno concierto, se pagó unas merecidas cervezas.

Mientras la memoria perdure, la alegría permanece intacta.

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