lunes, 23 de mayo de 2011

171. QUE JUEGUEN TRANQUILOS

Debajo de mi casa hay un colegio e incluso los sábados realizan actividades extraescolares. El acontecimiento que me llamó la atención fue un simple partido de futbol sala. Los niños llegaban al patio con su equipación correspondiente y cargados de ilusión y alegría.

Justo al comienzo del partido el terreno de juego desprendía aullidos de odio, rabia y tensión provenientes de los laterales, donde los padres vociferaban con la única misión de desconcentrar a sus hijos y de meterles una presión totalmente innecesaria.




CONSEJO PRÁCTICO PARA ESTA "ESPECIE" DE PADRE: dejen a sus hijos jugar en paz y búsquense un hobby. El futuro os lo agradecerá.

2 comentarios:

  1. Uff, es que hay cada uno por ahí que vuelcan su frustración en sus hijos. Que dejen tranquilos a lso chavales, ¡coño!

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  2. Totalmente de acuerdo... que necesidad hay...

    dirty saludos¡¡¡¡

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